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Una obra de arte que simboliza el amor incondicional. Esta rosa eterna, protegida por una cúpula de cristal, es el regalo perfecto para Sant Jordi. Su vibrante color rojo y su impecable belleza evocan la pasión y la devoción,. Este detalle, elegante y atemporal, se convierte en un recuerdo imborrable de un amor que nunca se desvanece.