Como comentamos anteriormente, el ramo es el elemento característico de una boda, un complemento más para el look de una novia, pero comúnmente no se sabe de dónde proviene esta tradición de llevar consigo su ramo al altar. ¿Se trata de una superstición o de diferentes creencias que se ha ido adaptando según la región?
Una de las primeras apariciones de los ramos surgió en la antigüedad, dónde las novias llevaban ramos de tomillo y ajo para que las protegieran de los malos espíritus. Esta tradición marcaba el comienzo de una buena vida juntos como pareja. Al pasar los años, se hizo más habitual llevarlo junto con flores decorativas como en la actualidad.
Además, ha tenido otros significados: se los usaba como carta de presentación de la novia o mostraba junto con su ramo un futuro con buenas experiencias; también los novios se mandaban mensajes secretos a través del ramo que solo ellos sabían.
Pero por otra parte, no todos los significados del ramo de novia eran románticos y bonitos. En la Edad Media, la mayoría de las bodas se celebraban en el mes de junio, comienzo del verano. Y, ¿por qué se hacían este mes? Es simple, el primer baño del año se tomaba en mayo, así en junio se podía tolerar aún el olor corporal de las personas. En esta época, la higiene era escasa, así que algunos olores ya empezaban a ser molestos y es por eso que los ramos de flores para novias los llevaban cerca de su cuerpo, para cubrir el hedor. Y así es como nace el origen del ramo de novia y su tradición de celebrarlo en mayo.