La flor que no llegó a tiempo: el adiós a la mimosa en el Día de la Mujer
Hubo un tiempo en que el 8 de marzo olía a mimosa. Aquel amarillo vibrante no solo anunciaba la llegada de la primavera, sino que también se había convertido en el símbolo floral del Día de la Mujer. Pero los tiempos cambian, el clima aprieta y, como nos pasa a todos, hay flores que no aguantan el ritmo.
La mimosa es delicada. Necesita una temperatura ideal y en cuanto la temperatura sube ...., se abre y se seca, caprichosa ella. Así que desde hace unos años, yo diría desde 2021, la historia es la misma: llega marzo y ya no queda mimosa. Es un hecho. Igual que ya no hay violetas en noviembre por mucho que lo diga la canción, tampoco hay mimosa para el 8M.
Pero este año hemos tenido suerte y las temperaturas nos han ayudado y hemos tenido mimosa el 8M, pero "su competencia" le sigue ganando terreno.

Del amarillo al rojo, lila y naranja: el reinado del tulipán
Al principio, cuando los clientes venían a buscar mimosa y les decíamos que ya no había, se quedaban a cuadros. Pero, poco a poco, la idea ha ido calando. Y en floristería, como en la vida, todo tiene su relevo, el tulipán ha tomado su lugar.
En Barcelona esto tiene un motivo curioso. Aquí hay una gran comunidad rusa (y puede que de otros países también, pero la rusa segura) donde regalar tulipanes el 8 de marzo es una tradición. Y claro, cuando te rompen los esquemas y no tienes ni idea de qué regalar, lo más fácil es fijarte en lo que hacen los demás. Así, casi sin darnos cuenta, los tulipanes se han convertido en los nuevos protagonistas del Día de la Mujer. Y no les ha ido nada mal.
El hombre que congeló el amor
Y hablando de la desaparición de la mimosa, no puedo olvidar a aquel cliente que, al enterarse de que no habría para el Día de la Mujer, decidió adelantarse. Un año compró mimosa con tiempo y la metió en el congelador. Su lógica era imbatible: "Si la mimosa se estropea con el calor y en marzo ya no hay, pues la guardo en frío" .
El problema es que las flores no son croquetas. Así que, cuando llegó el 8 de marzo y sacó su mimosa del congelador, en vez de encontrarse con un ramo amarillo y esponjoso, tenía un desastre absoluto entre manos. La flor, al descongelarse, quedó negra y mustia. Romántico, sí, pero poco práctico.
Moraleja floral
En la naturaleza, como en la vida, hay cosas que no se pueden forzar. Si una flor no llega a una fecha, toca adaptarse. Y si el 8 de marzo de ahora huele a tulipán en vez de a mimosa, que así sea.